Sebastián Andreu y su hermano son apicultores casi por necesidad. Su principal actividad es la agricultura y los problemas que encontraron para traer colmenas a sus cultivos durante la floración les llevó a emprender, dar el salto e introducirse en el mundo de la apicultura para hacer bueno ese refrán popular que dice ‘La necesidad hace maestros’.
Sebastián reconoce que la apicultura “es una actividad complementaria de la agricultura para que no falten colmenas para polinizar” y añade que su finalidad con la elaboración de la miel no está ligada a lo económico “si sacamos algo de dinero, bien, pero no es nuestro principal objetivo”.
Llevan poco más de tres años en esta andadura que les ha permitido diversificar, dar solución a un problema que tenían y estudiar todo lo que rodea a este sector que, en cierta forma, les ha cautivado. Solo hay que escuchar la pasión con la que Sebastián habla de las abejas, el cuidadoso proceso que siguen para elaborar la miel y todo lo que han investigado e invertido para darse cuenta de que el fruto de esa necesidad es un producto exquisito.
Procedente de cultivos ecológico y elaborada de forma artesanal
La miel procede de colmenares ubicados en cultivos ecológicos de olivo, almendro, limón, naranja y pomelo que estos hermanos tienen en el entorno del Embalse de La Pedrera y Sierra Escalona de la pedanía oriolana de Torremendo.
El proceso de elaboración de esa miel es totalmente artesanal. La miel se trae de las cajas que han estado en el campo, se extrae en frío por centrifugado, se deja decantar y se envasa directamente. Más buena y más pura no puede ser porque no está sometida a mezclas, ni a tratamientos técnicos, no se filtra y no tiene aporte de calor así que logra mantener todas sus propiedades naturales y el resultado es un sabor 100% a campo.
El fruto de ese trabajo son botes de miel de romero, azahar, tomillo y flores que se vende principalmente en el comercio de cercanía salvo una pequeña cuota que se comercializa por internet a través de Correos Market.
Y es que aunque esta vía de la apicultura sea un camino recorrido casi por necesidad, no deja de ser un ejemplo de emprendimiento, de buscar soluciones, de diversificar y abrirse a nuevos modelos de negocio.
Un modelo de negocio desarrollado en el territorio GAL ASIR y que, al igual que el resto de emprendedores y empresas, puede beneficiarse de las Ayudas Leader que apoyan la creación y mejora de empresas en el ámbito rural.
Sobre este tipo de ayudas, Sebastián Andreu asegura que “siempre son buenas” porque estas zonas rurales siempre son las grandes olvidadas y estos apoyos ayudan a ser más competitivos.